Mucho cuidado con el sol

Consejos para proteger la piel

El sol es imprescindible para nuestro bienestar y salud. Recibir la radiación solar produce la vitamina D, que hace que nuestros huesos estén más sanos, mejora nuestro estado de ánimo, favorece nuestra circulación sanguínea, favorece la curación de algunas enfermedades de piel… En definitiva, tomar el sol es muy beneficioso, pero también, si no se tiene la precaución necesaria, puede ser perjudicial.

La moda de “estar morenito” ha llevado a que las exposiciones al mismo se prolonguen más de lo recomendado, no se utilice una protección adecuada para “tardar menos en ponerme moreno”, se utilicen las horas centrales del día “es cuándo más moreno te pone” y así un sinfín de mitos que lo único que hacen es dañar nuestra piel, de forma irreversible.

Sí, la piel tiene memoria, es decir, las células de la piel acumulan daños hasta que, en un momento dado, aparece alguna enfermedad, incluso cáncer de piel (melanoma y carcinomas no melanoma).

Los rayos que ocasionan lesiones cutáneas son los ultravioletas A o B (UVA o UVB), sin la protección adecuada, ya sea directamente a la exposición al sol o a aparatos de bronceado artificial.

Al igual que en muchos cánceres, la prevención y la detección precoz de cáncer de piel, son fundamentales a la hora de evitar su aparición o de atajarlo en las primeras fases para así poder curarlo en su totalidad. A continuación te damos unas pautas, sencillas, que te garantizarán una exposición segura al sol:

1|  Evitar la exposición al sol durante periodos prolongados y en horas centrales del día, entre las 11:00 y las 17:00h del mediodía.

2|  Aplicarse protección solar, aunque el cielo esté nublado, ya que los rayos ultravioletas atraviesan las nubes.

3|  La primera aplicación debe realizarse 30 minutos antes de comenzar la exposición.

4|  Utilizar un protector solar adecuado y aplicarlo de forma correcta:

Mirar la fecha de caducidad de los protectores solares. Muchas veces no valen los del año anterior.

—Si no hay fecha, hay que fijarse en el símbolo de la derecha,
que indica el
periodo, en meses, en el que se puede utilizar
con total garantías. Pasado ese periodo, 6 meses en el
ejemplo, el producto pierde propiedades.

Utilizar el factor de protección según el tipo de piel. Los niños deben utilizar un factor de protección de 50+ y los menores de 6 meses no deben ser expuestos pues su piel no está preparada. Búscate en la tabla de abajo para saber la crema que necesitas.


Aplicar el producto uniformemente por todo el cuerpo y de forma generosa.

—Atención a los empeines de los pies y las orejas, son los grandes olvidados. También al cuero cabelludo en personas con poco pelo.

Repetir la aplicación frecuentemente, cada 2 horas aproximadamente, y después de los baños prolongados, superior a 20 minutos. No todas las cremas son resistentes al agua. Secar la piel y aplicar la crema posteriormente.

5|  El sol no sólo se toma en la piscina y en la playa. Tenemos que proteger nuestra piel cuando hacemos actividades al aire libre, expuestos al sol.

6|  Mucho cuidado si estamos en la nieve o dentro del agua ya que estas superficies reflejan los rayos solares.

7|  Utilizar también protectores físicos como gorras, camisetas, sombrillas, gafas de sol… Las gafas deben tener cristales homologados que filtren los rayos ultravioletas.

8|  Evitar la utilización de aparatos bronceadores con rayos UVA. La OMS (Organización Mundial de la Salud), clasificó las camas solares como cancerígenas para los humanos. El riesgo de padecer cáncer de piel aumenta en un 75% si se utilizan este tipo de dispositivos solares antes de los 30 años.

9|  Revisar las pecas y lunares de nuestra piel para detectar algún cambio o la aparición de nuevos. En la siguiente tabla, siguiendo la regla del A, B, C, D y E, aparecen los signos que nos tienen que hacer acudir a un médico:

Por último, recordar que todo en exceso es perjudicial, por lo que el objetivo no debe ser estar muy moreno sino tomar el sol de forma prudente.